HISTORIA
Ojo de Agua celebra los 120 años del templo de la Virgen de La Merced
La comunidad católica de esta ciudad celebra con orgullo el nuevo aniversario de uno de sus edificios más antiguos y que marcaron el rumbo del pueblo.
ADEMAS
Un espacio de encuentro con Dios que cambió con los años
La ciudad tiene su capilla de adoración
Publicado el 24/09/2012 - Villa Ojo de Agua vive un momento especial, por conmemorarse 120 años de la construcción del templo de Nuestra Señora de La Merced; el bicentenario de su proclamación como Generala del Ejército por Manuel Belgrano y más de 180 años de veneración.
La inscripción en la parte superior del edificio no deja margen de error sobre el año de finalización: 1892. Está ubicado en calle San Martín frente a la plaza Manuel Belgrano. Los pocos documentos que testimonian los orígenes del templo revelan que fue bendecido por Mons. Francisco de Victoria, obispo de Tulumba, Río Seco y San Francisco del Chañar, Córdoba, en visita especial para su habilitación.
Historia
Comenzó a erigirse en 1884 en el terreno donado por don Faustino Cáceres a María Santísima de las Mercedes en 1840. El sacerdote José María de Hoyos presidía ya la veneración a la Virgen de las Mercedes en la pequeña comunidad y los vecinos colaboraban para levantar en ese predio la primera capilla de adobe, la morada para el sacerdote y el camposanto. Como la feligresía crecía y la devoción a la Virgen se afianzaba, en 1858 el sacerdote Francisco de Tijer , junto a una comisión de vecinos integrados por Jorge Argañaraz, José Elías Gallo, Eduardo Patiño, Bernardino Báez, Fernando Cantizano, Domingo e Ignacio Sánchez, proyectaron la construcción de un nuevo templo acorde al crecimiento de la villa.
En 1884 la obra le fue otorgada al maestro mayor de obras, el italiano José Santos Morandini, secundado por Pedro Chumpil y Juan Bautista. Morandini fue quien le imprimió la línea arquitectónica clásica de dos campanarios y frente ornamentado.
Al edificio se ingresa por una sola puerta de dos hojas a un pórtico contiguo, otra puerta doble en el medio y dos laterales que permiten entrar a la nave central con el fondo abovedado. Mide 8 metros de ancho por 40 de largo. Allí se ubican dos hileras de bancos de madera. Párrafo aparte merecen las campanas que tienen inscriptas el año, son dos de grandes proporciones.
La comisión de vecinos que presidió la obra recaudó los fondos necesarios y las damas de la época donaron joyas de oro para que las fusionaran con el hierro, razón sin duda del tañido agudo de la campana se escucha a varios kilómetros a la redonda. Conduce a los campanarios una escalera interior de madera, a cuyo frente se encuentra el confesionario.
Dependía en ese entonces del curato de Sumampa la incansable labor de los servidores de Dios que sembraban pan del alma, la doctrina, la luz, los consuelos y los preceptos cristianos incrementaron los devotos y se la convirtió en vice parroquia, hasta que el 18 de Mayo de 1931, fue declarada sede de parroquia bajo la jurisdicción del obispado de Santiago del Estero.l
La inscripción en la parte superior del edificio no deja margen de error sobre el año de finalización: 1892. Está ubicado en calle San Martín frente a la plaza Manuel Belgrano. Los pocos documentos que testimonian los orígenes del templo revelan que fue bendecido por Mons. Francisco de Victoria, obispo de Tulumba, Río Seco y San Francisco del Chañar, Córdoba, en visita especial para su habilitación.
Historia
Comenzó a erigirse en 1884 en el terreno donado por don Faustino Cáceres a María Santísima de las Mercedes en 1840. El sacerdote José María de Hoyos presidía ya la veneración a la Virgen de las Mercedes en la pequeña comunidad y los vecinos colaboraban para levantar en ese predio la primera capilla de adobe, la morada para el sacerdote y el camposanto. Como la feligresía crecía y la devoción a la Virgen se afianzaba, en 1858 el sacerdote Francisco de Tijer , junto a una comisión de vecinos integrados por Jorge Argañaraz, José Elías Gallo, Eduardo Patiño, Bernardino Báez, Fernando Cantizano, Domingo e Ignacio Sánchez, proyectaron la construcción de un nuevo templo acorde al crecimiento de la villa.
En 1884 la obra le fue otorgada al maestro mayor de obras, el italiano José Santos Morandini, secundado por Pedro Chumpil y Juan Bautista. Morandini fue quien le imprimió la línea arquitectónica clásica de dos campanarios y frente ornamentado.
Al edificio se ingresa por una sola puerta de dos hojas a un pórtico contiguo, otra puerta doble en el medio y dos laterales que permiten entrar a la nave central con el fondo abovedado. Mide 8 metros de ancho por 40 de largo. Allí se ubican dos hileras de bancos de madera. Párrafo aparte merecen las campanas que tienen inscriptas el año, son dos de grandes proporciones.
La comisión de vecinos que presidió la obra recaudó los fondos necesarios y las damas de la época donaron joyas de oro para que las fusionaran con el hierro, razón sin duda del tañido agudo de la campana se escucha a varios kilómetros a la redonda. Conduce a los campanarios una escalera interior de madera, a cuyo frente se encuentra el confesionario.
Dependía en ese entonces del curato de Sumampa la incansable labor de los servidores de Dios que sembraban pan del alma, la doctrina, la luz, los consuelos y los preceptos cristianos incrementaron los devotos y se la convirtió en vice parroquia, hasta que el 18 de Mayo de 1931, fue declarada sede de parroquia bajo la jurisdicción del obispado de Santiago del Estero.l
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